Esperaré todo lo que haga falta...

Lord Hoolbrok se acercó con la máxima precaución de no hacer el menor ruido hasta donde se encontraba Lady Thisbe ordenando y clasificando los informes.
-Bel... Esta vez no solo se dirigió a ella por su primer nombre sino que además usó su diminutivo, pues era un momento especial, personal e íntimo.
-¿Sí? ¿Qué desea Lord Hoolbrok? Lady Thisbe mantenía las formas como siempre lo que incomodó a Lord Hoolbrok. Odiaba que lo tratase como a un trabajador cualquiera, y más teniendo en cuenta lo que le estaba a punto de decir.
-Emmh... Se lo pensó antes de hablar, tragó saliva y respiró hondo. Aun no se podía creer que estuviera a punto de soltarle algo parecido a Lady Thisbe... ¡a su jefa! La misma que tanto había odiado y criticado como si de un alumno y un profesor de matemáticas odioso se trataran. 
No podía desperdiciar esta oportunidad. Ahora o nunca, ¿qué es lo peor que le podría pasar? ¿acabar muerto? Empezó a sudar y su mente rápidamente dejó de pensar en las consecuencias. Era su momento y lo iba a aprovechar.
-Escúchame Bel, ¿qué pasa si te digo que te quiero?
Lady Thisbe se giró y lo miró sorprendida. Esto para Lord Hoolbrok era algo nuevo, pues él no estaba acostumbrado a ver a su jefa reaccionar de otra manera que no fuera con absoluta serenidad, ella siempre mantenía un semblante serio, y todo salía acorde a sus planes por lo que muy raras veces se llevaba sorpresas.
A los pocos segundos, Lady Thisbe recobró la compostura y esbozó un pequeño gesto que él interpretó como una sonrisa burlona. Finalmente, contestó:
-No lo sé... pruébalo tú, a ver qué pasa...
¿Eso era un sí? ¿un no? Sea como sea, Lord Hoolbrol tenía claro que estaba muy cerca. Ya sólo hacían falta dos palabras para obtener su respuesta.
-...Te quiero...
Entonces, en el rostro de Bel, se pudo ver lo que era una amplia sonrisa en su totalidad.
-Yo también te quiero Arthur.
Apenas pudo asimilar su respuesta. Esas palabras eran tan inesperadas como deseadas para Arthur. Sentía ganas de chillar, de saltar de reír... pero ¿y si se trataba de una broma? Bel era muy seria... ¿podría ella amar a alguien como él?
-¿Sí? ¿De verdad? Lord Hoolbrok apenas podía controlar las palabras que salían de su boca. A su parecer, estaba emitiendo sonidos sin más como si fuera un animal. Le extrañaba que Lady Thisbe le comprendiera.
-Te lo prometo. Volvió a sonreír otra vez. No sonreía muy a menudo, pero cuando lo hacía se veía hermosa. Lord Hoolbrok se atrevería a decir que no había absolutamente nada capaz de compararse con aquella sonrisa.
No se lo podía creer... Se había declarado a su jefa... y le había dicho que sí... Meses atrás no se lo hubiera ni planteado. Bel solo necesito unas tres semanas para opacar aquellos años de odio y lograr que alguien como Lord Hoolbrok se enamorase por completo.
-Entonces, ¿aceptarías venir a cenar conmigo esta noche?
Lady Thisbe asintió.
-Sólo si estás dispuesto a esperar a que me arregle.
-Por ti esperaría lo que haga falta. Contestó Lord Hoolbrok. 
No tenía la intensión de sonar demasiado meloso, pero había perdido el control de sus palabras y por primera vez en mucho tiempo, hablaba con el corazón.